Por Víctor Sánchez Baños

El hampa va un paso más adelante que la policía. La delincuencia organizada tomó por sorpresa otro nicho de sus fechorías: el asalto a joyerías y el robo de relojes marca Rolex. Lo peor del caso es que existe un mercado para esos relojes y las joyas robadas, especialmente las de marca.

Ese mercado compra a una décima de su precio, parte los artículos robados y crea una economía paralela.

La empresa Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial, que preside Alejandro Desfassiaux, estima que durante este año se han registrado 22 casos de robo a joyerías, en su mayoría en centros comerciales que dejan pérdidas millonarias debido al alto valor de los artículos, y de dicha cifra, 9 se han perpetrado en la zona metropolitana de la Ciudad de México.

Estiman los analistas de esa empresa de seguridad, que los artículos robados se comercializan en el mercado negro en hasta un 10% menos de su valor.

Sin embargo, el problema va más allá, debido a que el área metropolitana de la Ciudad de México no es privatiza de ese fenómeno de hurtos.

Otras entidades afectadas son Morelos, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Jalisco, Chihuahua, Aguascalientes, Durango, Michoacán, Quintana Roo e Hidalgo. Por ello, recomiendan implementar protocolos de seguridad más eficaces. Hay que recordar que está industria es muy atractiva, debido a que el mercado de joyería de oro y plata en México se estima que esta valuado en más de 200 millones de dólares anuales.

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