Por Víctor Sánchez Baños
No hay la menor duda. El proyecto icónico de la administración de Andrés Manuel López Obrador, continuará pese a todo. Esto es lo que quedará claro. Los aspectos judiciales serán peleados en tribunales, mientras le dan tiempo a los proyectistas a generar todo tipo de cálculos para presentar un proyecto de ingeniería sólido y arquitectónico austero.
La verdad es que no hay prisa en el Primer Círculo de Palacio Nacional. Saben que no se construirá la obra aeroportuaria del gobierno de Enrique Peña Nieto y que se quedarán establecidas las bases de un proyecto de aeropuertos.
El primer paso lo dio el gobierno de AMLO. Ya compró las acciones del Aeropuerto de Toluca, en poco más de 2 mil millones de pesos, a la empresa que lo administraba desde que Peña era gobernador de la entidad y el secretario de Comunicaciones era Gerardo Ruiz Esparza. El segundo paso, es destinar recursos para que en el 2021, se inicien las remodelaciones de las dos terminales del Aeropuerto Benito Juárez y, simultáneamente, se construyan dos pistas de aterrizaje en Sana Lucía.
Todo es cuestión de tiempo. Sera en el 2020 cuando se inicien las construcciones sólidas para tener los tres aeropuertos. Aún, por cierto, es tiempo para reflexionar que la mejor opción podría ser Tizayuca, Hidalgo. Todavía están los terrenos para un gran aeropuerto; de talla mundial.
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