Por Víctor Sánchez Baños

Independientemente de los pleitos de funcionarios del Sector Salud, con farmacéuticas, lo más importante es que más de 12 mil niños, enfermos de cáncer, reciban sus medicamentos. No importa quien los proporcione. Lo fundamental es aliviar el dolor de esos menores que no tienen culpa de la maraña burocrática y empresarial que, desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, provoca insuficiencia en la distribución del Metrotrexato.

La adquisición de medicamentos a una firma francesa, fue una medida emergente y un tanto desesperada para evitar el desabasto; sin embargo, no representa una solución real, de hecho contradice el argumento de las propias autoridades, de no comprar a las empresas mexicanas por temas regulatorios; toda vez que ahora lo hizo con una de las empresas con mayores anomalías de esta índole. 

Además, la Cofepris encabezada por José Alonso Novelo Baeza, como autoridad reguladora en riesgos sanitarios, el pasado 27 de agosto a través de un comunicado informó que 5 fabricantes e importadores de Metrotrexato contaban con permisos y registros sanitarios vigentes hasta 2020, lo que equivale en su conjunto a 35 millones de unidades.

Sin embargo, casi un mes después, advierte que ninguna empresa cuenta con certificado vigente de buenas prácticas y todas tienen suspendidas sus procesos. La pregunta es ¿por qué no prevenir?

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