Por Víctor Sánchez Baños

Quienes tienen contratado un plan tarifario con empresas de telefonía celular, han recibido repentinamente cobros de servicios que no solicitan. Desde servicios de pornografía hasta remedios caseros, son cobrador en cuotas que van desde los 30 a los 500 pesos mensuales.

Las quejas ante las empresas por ese tipo de servicios no solicitados, crecen exponencialmente. En los primeros 3 meses del año, se quejaron los usuarios de recibir ese tipo de cobros, cuyos servicios jamás fueron utilizados. Se estima que en todas las empresas sumaron más de 75 mil quejas, que arrojan pérdidas para los usuarios y empresas telefónicas por más de 30 millones de pesos mensuales.

Quizá para las compañías telefónicas no sea una gran cantidad de dinero, pero el cobro de 100 pesos para un consumidor puede ser la diferencia de poder viajar en transporte público.

Sin embargo, tanto el Instituto Federal de Telecomunicaciones, como la Profeco, no hacen absolutamente nada para frenar esos fraudes. No le exigen a las telefónicas que envíen mensajes de aceptación de servicios para evitar cobros indebidos.

Si acudes a una oficina de las empresas para quejarte, lo único en lo que te apoyan es en cancelar ese servicio, pero en ningún momento le devuelven en dinero al usuario. Así es como concretan millonarios fraudes, mientras las autoridades simplemente se quedan como figuras contemplativas.

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