Por Víctor Sánchez Baños
La semana pasada, el Banco de México que gobierna Alejandro Díaz de León, disminuyó un cuarto porcentual las tasas de interés. Esto tiene repercusiones materialmente en toda la vida económica de los mexicanos. En base a esa nueva tasa (7.25% anual) que se ofrece a los bonos de la Tesorería, servirán para establecer las tasas de interés en el pago de tarjetas de crédito, prestamos hipotecarios o de automóvil, entre otros.
Pero, al mismo tiempo, tiene repercusiones en la economía nacional. Esto en el pago de intereses que liquida el gobierno federal en la llamada deuda interna, en pesos, cuyo monto está en casi 2 billones de pesos. Asimismo, mantiene un premio elevado para los inversionistas extranjeros, quienes seguirán enviando sus dólares a México, con lo que la paridad pesos-dólar, se mantendrá en niveles como los actuales.
La baja en la tasa de referencia busca generar un estímulo a la actividad económica que se mantuvo estancada en el mes de julio al reducir el costo del financiamiento para que las empresas realicen inversiones o los consumidores utilicen crédito para la compra de bienes o el pago de servicios.
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