Por Víctor Sánchez Baños

Veintiséis municipios de Guanajuato heredaron 2 mil 476 millones de pesos en deudas con la banca comercial y Banobras. Esta institución, al mando de Abraham Zamora, llega materialmente al rescate de esas entidades que están carente de recursos para enfrentar compromisos de infraestructura.

Municipios como Acámbaro, Salvatierra, Villagrán y Manuel Doblado, entre otros, acudieron al Gobierno Federal para adelanto de participaciones, pero se los negaron.

En el caso de la capital del Estado gobernado por Miguel Márquez, heredó una deuda de 1,600 millones de pesos, mismos que se incrementaron notablemente. Irapuato, gobernada por Ricardo Ruiz, tiene adeudos por 501 millones de pesos y líneas de crédito a corto plazo con Bancomer, de las cuales destaca una de 200 millones de pesos para pavimentación urbana.

Acámbaro, es otro ejemplo de deuda de impacto, donde 60 millones de pesos son de pasivos con proveedores, deuda pública y traspasos que hicieron para el pago de cuentas corrientes. San Francisco del Rincón, que preside Ysmael López, tiene una deuda de 41 millones de pesos. Guanajuato es un ejemplo del desorden en las finanzas públicas que se inicia en los municipios y termina en el gobierno federal en un perfecto círculo vicioso.

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