Por Víctor Sánchez Baños
Pese a que en 2017 no se celebrarán elecciones en la Ciudad de México, el decreto de presupuesto para el ejercicio fiscal de este año asignó un aumento de más de 13% al Tribunal Electoral y de más de 5% al Instituto Electoral para su “gasto corriente”.
Hay cosas que indignan. La crisis económica que vivimos los mexicanos, son producto de la incompetencia de la clase política. Pero, esa clase política, que toma las decisiones económicas, se premia asimismo con miles de millones de pesos que auténticamente son tirados a la basura.
Los aumentos a ambos órganos autónomos son más elevados que la inflación calculada para este año por el mismo Presupuesto de Egresos, del orden del 3%.
Al Tribunal Electoral le fueron asignados 250 millones 949 mil 214 pesos, aumento de 33 millones 417 mil 238 pesos, 13.31 por ciento más que en 2016. Al Instituto Electoral se destinarán mil 196 millones 407 mil 474 pesos, es decir, 66 millones 723 mil 363 pesos más que en 2016.
Una vez más se aprecia que hay una desconexión entre las decisiones políticas de esa clase dorada política y la realidad de 127 millones de mexicanos que no esperan a recibir el dinero del erario. Mucho esfuerzo se invierte en ganar unos centavos y todavía tener que pagar impuestos que se despilfarran en el pago de burocracia electoral en época que no hay elecciones.
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