Por Víctor Sánchez Baños

 

El voto de los mexicanos en los procesos electorales federales, se ubica entre los 400 y 600 pesos. De un padrón electoral de 87 personas, se vota un promedio del 45%, entendemos que acuden a las urnas casi 40 millones 800 mil electores.

Ahora bien, si el presupuesto para selecciones federales para elegir a 500 diputados, 128 senadores y un presidente de la República, tiene un costo de 18 mil millones de pesos, como ocurrió en el 2012, no genera un precio por voto emitido en las urnas de 441 pesos, aproximadamente. A ello se le agrada el dinero sucio o subterráneo que erogan los partidos políticos y que no podremos documentar, por obvias razones. Se trata de dinero con un destino ilícito.

Al final de cuentas, el resultado es cuestionable y cuestionando por los mismos contendientes. Lo saludable para nuestra insípida democracia es el uso de urnas electrónicas y que estén en manos de la sociedad. Conoceríamos en tiempo real el desarrollo de los comicios y se evitarían las trampas. Que acostumbran los políticos. Ahorraríamos dinero en un INE faraónico y se generarían comicios confiables.

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