Por Víctor Sánchez Baños

Las renegociaciones en curso del Tratado de libre Comercio de América del Norte (TLCAN) probablemente no llevarán a una revocación plena del acuerdo, y el pacto final no debería tener un impacto significativo en el acceso comercial de México a los Estados Unidos, según Fitch Ratings.

Y, estamos completamente de acuerdo. Sin embargo, los tiburones de las finanzas públicas traen e México de su moneda de cambio. El flamante e inteligente gobernador del Banco de México, puso al Peso mexicano como una moneda para hacer transacciones. Esto derivado del uso que le dan en los mercados internacionales, por el impulso que le dan los negocios negros como el narcotráfico.

La ampliación del período de negociación y los comentarios de cada gobierno después de las conclusiones de la cuarta ronda de charlas han destacado la incertidumbre creciente y los riesgos para el tratado.

Si Estados Unidos se retira del TLCAN la economía mexicana se enfrentaría a una incertidumbre importante, que muy probablemente llevaría a una pérdida inmediata de confianza y, en el corto plazo, mayor volatilidad del mercado. Nuestro Peso se dispararía y los precios al consumidor también. Además, el crecimiento se desaceleraría en el mediano plazo al mismo tiempo que provocaría un alza en las tasas de interés y los créditos de empresas y gobiernos mexicanos.

Así nos afectaría, aunque técnicamente no hay razones para que esto ocurra. Pero hay grandes riesgos.

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