Por Víctor Sánchez Baños

El país necesita de cientos de obras de infraestructura para proyectar un crecimiento sostenido en los niveles de bienestar de la comunidad. Sin embargo, los recursos para ese objetivo se dan a cuenta gotas y, lo peor del caso, es que cuando hay dinero no lo utilizan y prefieren dejarlo en cuentas a fin de generar intereses, mientras se castiga a constructores.

El país tiene una Red primaria de 15 ejes troncales, de los que destacan tres por su importancia logística: Monterrey-Nuevo Laredo, el más transitado y que más carga lleva a Estados Unidos; Querétaro-Ciudad Juárez, que llega a California y a la ciudad con más mexicanos en la Unión Americana, y México-Nogales, que cruza toda la parte de occidente y conecta con Guadalajara y Michoacán. Además, se tiene la puerta al sureste, la Puebla-Progreso, y otros que comunican a los océanos, como el de Mazatlán-Matamoros. Todo vitales para el comercio mexicano.

Uno de los objetivos, es que siete u ocho de esos 15 ejes, tengan altas especificaciones, es decir, que se puedan alcanzar velocidades de 90 a 110 KMH a través de libramientos, ampliaciones, nuevos tramos y descongestionamiento de zonas urbanas. Pero, no sólo es construir, sino darles mantenimiento.

La obra de infraestructura es un círculo virtuoso. Genera empleo y bienestar.

poderydinero.mx

vsb@poderydinero.mx

@vsanchezbanos