• De empresas productivas del Estado, queda sólo el nombre

Por Víctor Sánchez Baños

Los reportes financieros de las dos empresas que hasta el año pasado eran “paraestatales”, Pemex y CFE, navegan en los mares de la amargura. Difícilmente podrán levantar popa. Es más, se convirtieron en un lastre de la economía del país.

Pemex, en la “nueva era” de José Antonio Gomzález, llegó a 15 mil 981 millones de pesos en los primeros 60 días del año, mientras que la CFE, que dirige Enrique Ochoa, reportó de 2 mil 155 millones de pesos.

En una empresa del sector privado en donde sus gastos son superiores a sus ingresos, simplemente se tomarían decisiones contundentes. Por ello, la petrolera estatal, gastó en el primer bimestre del año, más de 88 mil 480 millones de pesos, superiores a los ingresos por ventas de productos, previstos en 72 mil 499 millones de pesos.

La reflexión es simple. En un entorno internacional adverso, difícilmente podrán mejorar las condiciones para Pemex, que día a día se achica. El negocio, ahora, está en manos de empresas privadas que pagan rentas bajas al gobierno mexicano.

Por este motivo, también la CFE pasa tragos amargos, pero su caso es irreparable. La competencia privada, los está arrastrando a una crisis de la cual es materialmente imposible. Las economías limpias, son el futuro y el monopolio estatal eléctrico, entra a ese sector pero con una mini empresa.

EN SUMA.- OHL, que preside el Churumbel José Andrés de Oteiza, pese a las acusaciones por corrupción en su contra, es la preferida de gobernadores. ¿Por qué será?

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