El mayor peligro de los gobiernos es querer gobernar demasiado.
Conde de Mirabeau (1749-1791) Político, escritor y orador francés.
Por Víctor Sánchez Baños
Entre la crisis económica derivada de la pandemia y sus pésimas prácticas administrativas, las aerolíneas mexicanas viven dramáticos momentos, que los obliga a cerrar rutas y a disminuir personal.
Aunado a lo anterior, está el no recuperar la categoría 1 en seguridad aérea, que otorga la Administración Federal de Aviación Civil de Estados Unidos. Vamos para dos años de que nos “descalificó”.
El mercado aéreo de México y Estados Unidos es el segundo más grande del mundo con un 3.1%, después de España-Reino Unido que tienen 4.6%. Por si fuera poco, el número de pasajeros que viajan entre nuestro país y la Unión Americana aumentó de 18.70 a 23.84%, al 2022.
La falta de categoría 1 tiene varias implicaciones. La principal es que no se pueden abrir nuevas rutas, con empresas mexicanas de aviación, rumbo a Estados Unidos, además que impide al Aeropuerto Felipe Ángeles tener operaciones internacionales a Estados Unidos y a naciones europeas.
Hoy tenemos la categoría 2 del Programa de Evaluación de Seguridad Operacional de la Aviación Internacional; idéntica a la de Venezuela, Ghana, Pakistán, Curazao, Bangladesh, y las naciones del Caribe Oriental, como Dominica, San Vicente, entre otros. Este es el nivel que tenemos hoy.
De acuerdo con la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, que encabeza Jorge Nuño, se prevé recuperar la categoría 1 para marzo del año próximo. Esto siempre que se hagan cambios legales, presupuestales para la Agencia Federal de Aviación Civil mexicano y la creación de un plan de acción correctiva en materia de seguridad aérea operacional.
En enero de 2023, el titular de la Administración Federal de Aviación y su equipo arribarán a México, con el objetivo de presentar las conclusiones del plan de acción correctiva, y así definir la fecha, si creen factible, de la auditoría final para que México recupere la categoría 1.
Pero, todavía no se ha hecho lo suficiente para lograr el tan ansiado ascenso, tanto de privados como gobierno.
GRAVE lo que ocurrió en Durango, donde una substancia que se utiliza en la aplicación de anestesia en la columna vertebral, llamada raquea, estaba infectada por una bacteria. Han muerto más de 16 personas, especialmente mujeres que dieron a luz a niños. Las víctimas están focalizadas en la entidad, donde hospitales públicos recibieron los lotes contaminados y se aplicaron. Hasta el momento, los fabricantes de la substancia, Laboratorios Pisa de Guadalajara, así como el gobierno federal, no ha dado indicios de las investigaciones. Han muerto 16 personas y no hay ni un solo detenido. Es la misma historia de la muerte de otras 16 personas por la aplicación de otra substancia de ese mismo laboratorio, en las diálisis de decenas de personas. Esto ocurrió en un hospital de Pemex, en Villahermosa, Tabasco. Tampoco hay detenidos, a pesar que esto ocurrió hace casi 2 años. El subsecretario de Salud, Hugo López, no toma responsabilidad en estos casos y la justicia, tampoco. Los gobernadores de Durango, Esteban Villegas, ni el de Tabasco, Carlos Merino, tienen idea de cómo enfrentar esta crisis sanitaria. Tampoco quieren denunciar a quienes son responsables de homicidio por omisión.
DINERO
LA CAJETA de Celaya, Guanajuato, un producto que logró la declaratoria de Protección de Indicación Geográfica, vive momentos críticos. Escasea la leche de cabra, así como otros insumos como el frasco, la tapa y el azúcar. Esto provocó un incremento de entre 50 y 110 por ciento, de acuerdo a Silvia Narváez, presidenta de a Asociación de Cajeteros de Celaya. Por cada litro de cajeta se necesitan 5 litros de leche de cabra. No tendrá otra salida que disminuir la producción y aumentar el precio al producto.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA: La 11ª edición de Caravana Rosa de Mobility ADO, promueve la prevención y detección oportuna del cáncer de mama. A través de la Fundación ADO, la empresa transportista de pasajeros que preside Roberto Alcántara Rojas, a través de su programa Trenzatón, impulsó durante octubre la donación de cabello para la manufactura de pelucas oncológicas. Estas pelucas aligeran el impacto emocional de las pacientes que enfrentan el tratamiento contra el cáncer de mama.
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