Por Víctor Sánchez Baños

El consumo de tabaco provoca graves problemas a la salud de las personas y de las finanzas públicas que tienen que destinar recursos para curar a enfermos de las vías respiratorias a consecuencia del humo del cigarro en forma directa o indirecta.

El consumo del tabaco tiene un impacto en las finanzas públicas en más de 42 mil millones de pesos; para la atención de enfermos otros 81 mil 132 millones de pesos y solo se recaudan 39 mil 123.6 millones de pesos por el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios.

De acuerdo a un análisis de la Cámara de Diputados, el gasto ocasionado por enfermedades relacionadas con el tabaquismo no puede ser cubierto con el monto captado por el impuesto; sólo se recaudan 47 centavos de cada peso gastado en la atención a padecimientos relacionados.

La industria tabacalera utiliza 5% de la superficie cultivada en el país; participa con el 0.1% del PIB, pero genera un 0.4% del PIB. Casi nada.

Pero lo peor de todo es que, según el Pan American Journal of Public Health el tabaquismo representa la primera causa de mortalidad prevenible y estima que entre el 2010-2050, morirán 400 millones de personas. El 80% de países pobres.

Lo más grave es que el gobierno destina más dinero en campañas políticas que en campañas de salud pública. Los despilfarros en política generan malestar entre los ciudadanos, que necesitan más información y especialmente la orientación para que los niños y jóvenes no caigan en adicciones, donde el cigarro es uno de los detonantes de otras más graves.

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