• Universidades privadas y públicas, fábricas de “licenciados” mediocres

Por Víctor Sánchez Baños

En México existen más de 1,100 instituciones privadas de educación superior, con más de 600 mil estudiantes, que representan el 32% de la matrícula nacional.

Estas cifras serían un orgullo nacional. Sin embargo, según la Profeco, de las 1,100 universidades privadas, sólo 74 comprobaron su calidad académica, lo que representa menos del 6%, por lo que el resto son fábricas de profesionistas sentenciados a la mediocridad.

Las instituciones de educación superior nacieron a principios del siglo pasado. Un grupo de egresados de la Escuela Nacional de Jurisprudencia fundaron la Escuela Libre de Derecho. Después surgieron otras como la Escuela Bancaria y Comercial, así como instituciones que hoy gozan de gran prestigio como el Tecnológico de Monterrey, la Anáhuac, la Ibero, la UVM, entre otras.

Sin embargo, tras el rechazo de aspirantes a escuelas públicas como la UNAM, el IPN, UAM, provocó que decenas de miles de jóvenes buscarán opciones baratas para mejorar sus perspectivas de vida. La gran mayoría de ellos con niveles académicos paupérrimos, se convirtieron en botín de guerra de los políticos, quienes los ven como votos.

Las universidades privadas y muchas públicas, no logran niveles académicos suficientes para convertir en competitivos a sus estudiantes. Universidades como la de la Ciudad de México y otras gubernamentales en Estados de la República, no generan los conocimientos y la excelencia para que sus alumnos logren mejores oportunidades. Simplemente, es demagogia en el gobierno y un robo en las privadas. Un fraude en ambos casos.

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