Partidos políticos de izquierda buscan arraigar mitos sobre la producción agrícola mexicana. Para ellos, la firma del Tratado de Libre Comercio para Norteamérica aniquiló al campo en todo el país.

Sin embargo, es importante dejar claro que hay dos agriculturas en el país. Una de autoconsumo y otra altamente industrializada. Poco a poco, el sector de autoconsumo incrementa su producción especialmente por la construcción de invernaderos, mediante los cuales proporcionan productos materialmente todo el año, mediante sistemas de goteo.

El términos anuales, la producción agrícola crece a un ritmo de 6% anual, lo que está muy por arriba del Producto Interno Bruto. Genera, al mismo tiempo más de 417 mil millones de pesos anuales y da empleo a casi el 30% de la población.

El monto de productos del sector exportados supera los 12 mil millones de dólares, con un crecimiento anual del 8.5%, lo que es notable.

Esa izquierda dice que se acabó el campo, cuando en realidad se transforma. El autoconsumo es el mecanismo más elemental de sobrevivencia. Sin embargo, crece el industrializado que da la oportunidad al país de exportar más jitomate, aguacate, melón, pepino, trigo, cítricos y café crudo en grano.

Hay pobreza y miseria insultante en las zonas agrícolas; solo los industrializados crecen, mientras las zonas marginadas que van en aumento, se hunden.

Existe mucha tierra cultivable y puede incrementarse la producción agrícola. Sin embargo, el camó es demagogia y una vulgar herramienta electoral.

EN SUMA.- Querétaro, entidad gobernada por el panista Francisco Domínguez, con una producción de tres millones de botellas de vino de mesa al año, es el Estado del país que más exporta esos productos.

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