• La competencia radica en quien copia más barato

Por Víctor Sánchez Baños

La industria mueblera mexicana fue aniquilada con las importaciones chinas. Sólo quedan algunos vestigios de muebleros artesanales, pero nada importante.

Hoy, sabemos de barcos enteros con muebles que llegan procedentes de China, Vietnam y Malasia. Incluso, es tan sofisticado su sistema que en algunos de esos barcos hay toda una estructura para fabricar los componentes de los muebles de madera y aglomerados.

En esas embarcaciones existen todo tipo de herramientas y, en algunos casos, recogen la madera de varios como Chile para cortar, pintar o cubrir con otros materiales plásticos como la melanina. De esa forma los colocan en cajas y los implementos para su ensamble, que generalmente vienen en bolsas de plástico.

Así se terminan algunas líneas de producción que son altamente rentables. La mano de obra es esclava, ya que les pagan entre 20 y 30 dólares diarios, mientras trabajan en altamar. Al mismo tiempo, no pagan dormitorios ya que los trabajadores descansan en enormes galerones de las embarcaciones.

Todo ello se realiza con la complacencia la Secretaría de Economía, que encabeza Ildefonso Guajardo, y de los empresarios que les compran los muebles.

La industria mueblera se apoderó del mercado mexicano. A pesar de la mínima calidad de los productos, estos se venden en tiendas de autoservicio y departamentales, baratos, de pésima calidad y hechos con esclavos.

EN SUMA.- Carlos Slim, acapara el control del New York Times, el más influyente diario en el mundo. Por cierto, en ese medio, las notas en contra de la imagen del país y su gobierno, son el pan de todos los días.

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