Por Víctor Sánchez Baños
Repetidamente, el presidente Andrés Manuel López Obrador, asegura que la construcción del aeropuerto internacional de la Ciudad de México en Texcoco, fue producto de corrupción. Sin embargo, no inició ninguna averiguación previa sobre los presuntos ladrones.
También comentó que políticos del sexenio pasado, de Enrique Peña Nieto y sus allegados (que no menciona AMLO), compraron los terrenos alrededor de lo que sería ese aeropuerto para aumentar la plusvalía de los mismos.
En estos dos casos, debe quedar claro que en dos ocasiones el secretario de Comunicaciones de López Obrador, aseguró que en la construcción “no hubo casos de corrupción”. Por ello, no se fincaron denuncias penales en contra de constructores ni de administradores. Es más, hasta les pagaron recientemente a las constructoras de ICA, Carso y otras, 700 millones de dólares para finiquitar los contratos.
En los terrenos aledaños, seguramente llegaron especuladores inmobiliarios. Si tanto molesta a la 4T esa operación financiera que no es ilegal, pues que expropie los terrenos para uso de la nación. Así podrían continuar con la construcción del NAICM y no tirar el dinero a la basura. Si hay corruptos que se vayan a la cárcel.
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