Por Víctor Sánchez Baños

Un panadero que en 7 años amasó una fortuna digna de un jeque árabe, puso en jaque a la llamada Mafia en el Poder. Sin embargo, independientemente que exista razón en la queja de Sergio Bustamante en contra los accionistas de Caja Libertad, es muy claro que pone en riesgo el negocio del que es accionista y a los socios de esa empresa que tiene el control de las sociedades financieras populares, con el 36%, que implica poco más de 10 mil millones de pesos.

De ese tamaño es la empresa que está envuelta en un escándalo menor, de la venta irregular de un edificio, que ahora de un problema civil se convirtió en penal y con aristas políticas, ya que el denunciante, Bustamante, mencionó en su denuncia a Calos Salinas, Enrique Peña, así como al gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez y a muchos más. 

Pero, si quitamos el morbo político, este golpe pone en riesgo a esa Sofipo y a más de 2 millones de sus socios, cuyos ahorros, podrían convertirse en el objetivo de Hacienda, para revisar el origen de cada centavo. Muchos socios de buena fe podrían perder su dinero.

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