Por Víctor Sánchez Baños

En México hay un rezago en telecomunicaciones y estamos en el nivel más bajo de los países miembros de la organización, con dos dispositivos conectados por cada 100 habitantes, según el análisis The Social Intelligence Unit, basado en un estudio de la OCDE.

La falta de conectividad impacta negativamente en la manufactura nacional. Estamos en pleno siglo XXI y todavía empresarios y políticos escatiman recursos para invertir en ese sector. Es claro que el camino a seguir en el corto plazo será el impulsar la licitación de las redes para transmisión de datos, pero además debemos estimular la inventiva de los mexicanos, como política de estado.

La Asociación Nacional de Telecomunicaciones (Anatel). Incluso, firmará un convenio de colaboración con la American Towers Corporation (ATC), la segunda empresa más importante del país en el despliegue de antenas y fibra óptica.

Algunos de los socios de la Anatel como AT&T, dirigida por Laurent Therivel; Telcel, de Carlos Slim; Motorola México, encabezada por Federico Gallart; Apple; Movistar; Telefónica de Carlos Morales Paulín; Alcatel, Samsung, Nokia, Huawei y Ericsson, entre otros, invierten más de 17,000 millones de dólares en el sector.

Sin embargo, es insuficiente. Se necesita más para impulsar el desarrollo del país y el gobierno debe involucrarse mucho más.

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