Por Víctor Sánchez Baños
En el portal de un periódico de la Ciudad de México, apareció una insultante fotografía en la que baja un burócrata de una lujosa y blindada camioneta en un estacionamiento privado; un guarura le colocan el saco en su “cuerpecito”, mientras otro vigila que nadie se acerque. Esta escena no es privatiza de priistas, panistas o de otros partidos en el poder, sino de los nuevos de Morena. Un “lacayo” siempre es bueno para levantar la autoestima a niveles estratosféricos.
En la Ley Federal de Austeridad, impulsada por el Presidente y aprobada por el Congreso, busca elimina los abusos en el uso presupuestal. Sin embargo, carece de acciones punitivas y cárcel para quienes abusan. Si tú, como cualquier mexicano, cometes un error de 1,000 pesos en una declaración fiscal, puedes ir a la cárcel y te multan con decenas de miles de pesos.
Si eres miembro de la burocracia dorada y te robas o mal administras mil millones de pesos, sólo te inhabilitan.
Guaruras, comilonas, excentricidades, le cuestan a los mexicanos más de 150 mil millones de pesos; las gansadas en el presupuesto, más de ¡un billón de pesos! Anuales.
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