Por Víctor Sánchez Baños

 

México tiene 11 mil 122 kilómetros de litorales, que significan un gran potencial de recursos pesqueros que podrían sacar de la miseria a cientos de comunidades que viven al margen de los mares y laguna de nuestro país.

Pero, hay un síndrome que evita que el país pueda crecer sistemáticamente en materia pesquera: el Síndrome de a Sirena”. Las autoridades dedicadas al cuidado de nuestros litorales no cumplen con su responsabilidad y las abocadas a impulsar ese sector, se la pasan dormidas en rocas como las sirenas; sin hacer nada

La actividad pesquera no está lo suficientemente desarrollada. A pesar de la extensión de los litorales de México, existen numerosos problemas que obstaculizan el desarrollo de la pesca en México en los que destacan en primer lugar la explotación que hacen de nuestros mares embarcaciones asiáticas de países como Japón, Corea y China.

Además, las embarcaciones están pésimamente equipadas, lo que ahuyenta a los pescadores ya que la explotación no les da para comer suficiente. Y, lo que es peor, son víctimas de empacadoras que les dan unos pesos por lo que captan, para después venderla en grandes centros de distribución hasta 100 veces más de lo que le pagan al pescador. .

De acuerdo a información del INEGI, la pesca en ríos, lagos, lagunas, presas y esteros es menos representativa que la de mar, pero de gran valor para algunas regiones de México por su aportación alimentaria y económica.

Muchas veces, para aumentar la productividad en estos cuerpos de agua interiores se siembran peces u otros organismos acuáticos (como trucha, lobina, bagre, camarón y langostino), que se producen mediante la acuicultura, actividad que destaca en Veracruz, Hidalgo, Sonora y Tabasco.

Pese todo esta actividad es inexplotada y como fuente de alimentación es segundaria para el gobierno.

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