Por Víctor Sánchez Baños

Lo saben los líderes de pepenadores. La basura es oro molido y ha creado enormes fortunas para políticos o dirigentes de recolectores.

En países donde hay una cultura de la separación de basura, los beneficios quedan en las familias que generan la basura. Separan papel, aluminio, metales, cartón, pet y otros plásticos. Estos materiales, separados los venden a recolectores industriales.

Sin embargo, en México, cadenas comerciales se dan a la tarea de recibir esos materiales y ellos son los que los venden y obtienen un beneficio económico con el espíritu de “responsabilidad social corporativa”.

La cultura del reciclaje deja dinero. Y, aún, queda una buena suma para los pepenadores, quienes recolectan más recursos que se encuentra en la basura.

Pensar en el reciclaje no sólo es la separación de esos productos de desperdicio. Los residuos de alimentos u residuos orgánicos, pueden ser utilizados para la generación de gas o energía eléctrica. Eso lo realizan en naciones como Finlandia, Dinamarca, Alemania, Japón, entre muchas más.

El objetivo es encontrar esos pequeños nichos de negocio. Por ejemplo, el kilo de papel periódico, es de 1.50; de papel limpio hasta 3 pesos; vidrio 60 centavos; latas de aluminio (72 latas es un kilo y se vende en unos 17 pesos; metal (muebles refrigeradores etcétera) hasta 2 pesos y las revistas y catálogos, de 2 a 3 pesos kilo.

Todo ello son contaminantes severos y convierten al medio ambiente en peligroso para la salud de toda la comunidad. Un negocio que puede ser tuyo y, aún así, deja dinero para los pepenadores.

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