Por Víctor Sánchez Baños

La vida sedentaria es onerosa, no sólo para la persona que no hace actividad física, sino también para el Estado, ya que su gobierno tiene que aplicar programas contra obesidad y para curar enfermedades como la diabetes y ataques al corazón.

El 56.2% de los mexicanos de 18 años y más son inactivos físicamente, pero además sumamos que el 22.7% de los jóvenes entre 15 y 18 años también lo son, el fenómeno se vuelve explosivo para el país.

Las justificaciones de los mexicanos de vida sedentaria, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición son la falta de tiempo (57.9%) y el cansancio (16%).

En 2016, 14% de los adultos no cumple con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de realizar, por lo menos, 150 minutos de actividad física moderada-vigorosa por semana.

En cambio, el 44.5% de la población adulta pasa más de 2 horas y media frente a la televisión; las mujeres son las que más tiempo pasan frente al televisor.

Ahora bien, el 90% de los casos de diabetes mellitus se relaciona con el sobrepeso y la obesidad, lo que se ve reflejado en el número de muertes a consecuencia de este mal a nivel nacional que representa el 39%.

Por ello, los costos en el sector salud nacional por la diabetes superan los 85 mil millones de pesos al año, de los cuales, 73% corresponden a tratamientos médicos, 15% a pérdidas económicas por ausentismo laboral y 12% por disminución de ingresos por muerte prematura.

La inactividad no sólo la paga quien vive sedentariamente, sino todos los mexicanos y no hay políticas públicas que se enfoquen a disminuir ese flagelo que tiende a incrementarse.

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