Por Víctor Sánchez Baños

 

En los últimos años, se nos ha vendido a los mexicanos que el gobierno, benévolo como siempre, nos otorga un subsidio para pagar menos por el precio de la gasolina. No han dicho hasta el cansancio que el gobierno se sacrifica.

La verdad es otra. No hay subsidio. Simplemente el gobierno deja de ganar un mundo de dinero que cobra por impuestos en gasolina y otros combustibles, al bajar los precios. No es subsidio, ya que el precio de la gasolina, que en su gran mayoría es de importación, es muchísimo más barata en los mercados internacionales.

Aunado a lo anterior, al distribuirla en México, los que ganan son los transportistas y los gasolineros, quienes le dan un valor agregado a los combustibles. Sin embargo, estas cantidades no son representativas para incrementar de esa manera el precio del combustible.

Por ejemplo, en Estados Unidos, en las mismas gasolinerías mexicanas de Pemex, cobran en un dólar con 54 centavos el galón de gasolina estándar. Esto significa que el litro de gasolina regular cuesta 41 centavos de dólar o sea 7.95 pesos (19.38 pesos el dólar). Todo lo demás es un cuento chino.

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