Por Víctor Sánchez Baños

La Secretaría de Economía, al mando de Ildefonso Guajardo, ni mucho menos la Profeco, con Rogelio Cerda Pérez, o la Comisión Federal de Competencia, presidida por Alejandra Palacios, demuestran su incapacidad para frenar el alza en los precios en la llamada “cuesta de enero”.

La inflación, como mencionamos en artículos anteriores, se disparó a nieles que no teníamos desde hace más de una década. Todo, por las fallas gubernamentales en las previsiones del entorno mundial, acuden a la desesperada acción de incrementar los precios de bienes y servicios proporcionados por el gobierno.

Se dan incrementos en precios de productos que es totalmente injustificable. Se aprecian precios en lavadoras, refrigeradores y otros aparatos para el hogar, que de 2016 a finales del 2017, aumentaron más del 35% Esto, obviamente, no se justifica ya que México es productos de esos productos, mismos que con de exportación.

Los productores quieren venderlos en el mercado doméstico el mismo precio que en los mercados internacionales, simplemente por la devaluación del precio del Peso ante el Dólar.

Lo peor es el incremento de precios en los productos y servicios que integran la canasta básica. En promedio, una persona consume 24 kilogramos de huevo al año, convirtiéndose en uno de los productos de la canasta básica más indispensables en la dieta del mexicano. Del mismo modo, indicó, el limón y la papa aumentaron dos y tres pesos, respectivamente. Indicó que la carne de res en la Central de Abasto se elevó de 120 a 125 pesos; sin embargo, el precio final al consumidor es de 155 pesos. Y, desde el gobierno no ofrecen señales de confianza al consumidor.

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