Por Víctor Sánchez Baños

A través del organismo gubernamental para promoción del deporte, la Conade, que preside Alfredo Castillo, durante el ejercicio fiscal 2017 ha gastado 73 millones de pesos, para la atención de 908 atletas; en infraestructura deportiva, 378 millones; la Olimpiada Nacional, 92 millones de pesos; deporte universitario, 67 millones; Fideicomiso del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (FODEPAR), 240 millones de pesos.

Además para los institutos del Deporte se destinaron 45 millones; a las nóminas de las federaciones para entrenadores 26 millones y 78 millones de pesos más para su operación; para la realización de 28 eventos deportivos, 72 millones; para la Olimpiada Nacional, 143 millones, y 90 millones a Nuevo León, ya que será sede de esta competencia, más 38 millones a las Paralímpiadas.

Y, sigue la danza de los millones de pesos: para los juegos de educación básica destinó 35 millones; media superior, 10 millones; trabajadores, 4.2 millones; indígenas, 6.5 millones; autóctonos, 1.5 millones, y para el Comité Olímpico Mexicano, 24 millones de pesos.

Pero, lo que es un escándalo es la operación del Centro Nacional de Alto Rendimiento en el cual se gastan 114 millones de pesos anuales; en seguros se destinan 40 millones; para las Academias 70 millones de pesos. A infraestructura se invirtieron 378 millones de pesos para 50 obras.

Esto es dinero simplemente es tirado a la basura ya que los jóvenes no tienen opciones deportivas suficientes y una parte de ellos se refugian en drogas y ocio. Un fracaso de la promoción deportiva gubernamental.

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