Por Víctor Sánchez Baños

Los efectos de la reprobación de un gobernante, tienen importantes repercusiones en la economía. Desde una población pequeña, hasta todo un país e incluso en una región.

Por ello, llama la atención el resultado de la encuesta que publicó ayer Berumen a petición de Grupo Cantón, en la cual se refleja un grado de rechazo al gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, del 81%

Este dato es importante, pero es devastador al analizar los puntos finos. La sociedad no deja de reclamarle al Presidente de la República el asunto de los 43 desaparecidos en Iguala, así como la devaluación del Peso frente al Dólar.

Los efectos de errores políticos y, especialmente, en comunicación, genera impactos en la economía. El asesinato y desaparición de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa, no es culpa de Peña Nieto, ni del Ejército, como han pretendido manejar los grupos, sino de grupos de izquierda y ultraizquierda, ligado a criminales organizados. Sin embargo, estos grupos le ganaron la partida al gobierno y ahora la percepción es contra el Gobierno.

Esto, se convierte en un coctel que impacta en la credibilidad y estabilidad de un gobierno. Por ello, esos errores políticos y comunicación afectaron la credibilidad de la administración de Enrique Peña Nieto y, acabó en, un gobierno sin fortaleza.

Los inversionistas buscan gobiernos sólidos y con credibilidad. La percepción es el primer paso. Un gobierno no sólo es para contar lo que cuenta, sino de crear condiciones en que lo que cuenta supere a lo que resta.

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