Por Víctor Sánchez Baños

En la Ciudad de México, el gobierno delas delegaciones afectadas, se vieron totalmente rebasadas. Tanto en la Cuauhtémoc, como en Tlalpan, Xochimilco, donde los gobernantes de Morena, así como el panista en Benito Juárez, simplemente no quisieron sacar la cabeza, por el temor que sacaran la corrupción en el manejo de las licencias de construcción.

Además de ello, demostró que la política que implementó en el 2003, el entonces regente, Andrés Manuel López Obrador, con un bando para que se dieran preferencia a las construcciones hacía arriba y evitar la horizontal, provocó primero la especulación inmobiliaria, y después la edificación de torres con miles de personas en un área reducida para su evacuación.

La voracidad por tener dinero fácil al amparo del gobierno, provocó cientos de muertos en la Ciudad de México. La corrupción se convirtió en un arma asesina.

Los costos financieros de la corrupción, ahora los vemos en la reconstrucción de vidas e inmuebles. Los familiares de las víctimas mortales, no podrán sobreponerse. Cientos de psicólogos buscarán dar alivio a las mentes de quienes vivieron angustia y temor a morir en edificios que caían sobre ellos ladrillos, lozas y arena. Más de 25 mil millones de pesos en 5 estados. Mientras, en sus agujeros, están metidos los políticos responsables de la desgracia de todo un país.

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