Por Víctor Sánchez Baños

Para poder combatir los males de un gobierno, es necesario conocer a la perfección la información y, especialmente, la información estadística. De otra forma, sólo se están dando palos de ciego en la solución de problemas que necesitan de herramientas contundentes.

Esto te lo platico, estimado lector, después de los cambios que se han entre el Coneval y el INEGI para conocer las profundas raíces de la pobreza en el país. Millones de mexicanos viven en condiciones de miseria y otros millones más en pobreza extrema.

Y, no se trata de crear políticas paternalistas, ni mucho menos de impulsar acciones populistas. Se trata de orientar todos los esfuerzos, económicos, laborales y sociales, para mejorar la vida de todos los mexicanos. Ello implica el proporcionar herramientas para que logren educación, techo, alimento y sobre todo, el reconocimiento de la sociedad a sus esfuerzos. No se trata de sobrevivir, sino de desarrollarse; no se trata de regalar, sino de enseñar; no se trata de deberle al gobierno el “favor” de matar por un día el hambre.

Ante el anuncio de cambios en la Medición de la Pobreza 2016, deja abierta la duda. Harán con un modelo estadístico y no con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, ya que el Inegi continuó con los cambios que hizo a ésta en 2015, que impidieron la presentación del informe el año pasado. Navegaremos a ciegas en materia de pobreza y bienestar.

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