Por Víctor Sánchez Baños

Recientemente, el titular de Comunicaciones Gerardo Ruiz Esparza, afirmó que funcionarios de la SCT y empresas constructoras deben asumir su responsabilidad en el socavón que se abrió en el paso Express en Cuernavaca, Morelos, hace unas semanas.

Es claro que hay funcionarios de esa secretaría, así como personal de las empresas constructoras Aldesa y Eppcor, y la supervisora de la obra, Saac Ingeniería, tienen que responder, primero por la muerte de un padre y su hijo en ese percance y por la irresponsabilidad en la construcción de esa vía.

Ese hueco en el asfalto sacó a relucir también la incompetencia de los servicios de emergencia de gobiernos estatales, que no están capacitados para actuar ante este tipo de tragedias. Todos son casos de corrupción.

Es “bueno” que se reconozcan responsabilidades, pero es fundamental que se aplique la ley como ejemplo de castigo a quienes por incapacidad o corrupción enlutaron a una familia.

La apuesta de las autoridades y los constructores es sencilla: el olvido. De esa manera poco a poco la sociedad se ve envuelta en más noticias que distraen su atención y se olvidan casos como este socavón, cuyas consecuencias aún no se evalúan judicialmente. No hay responsables castigados ni con penas corporales, ni mucho menos en sus recursos financieros.

¿Quién va a pagar indemizaciones a las víctimas y los daños a las vías? Oooootra vez, con recursos públicos.

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