• Tajamar, legalidad que aniquila la naturaleza

Por Víctor Sánchez Baños

La naturaleza nos deja un planeta limpio y los humanos nos encargamos de “civilizadamente” destruirlo. Selvas, litorales, bosques y todo lo que tenemos en México como entorno, nos lo acabamos rápidamente.

El último escándalo, el de Tajamar, en Cancún, Quintana Roo, responde la depredación en aras de la “civilización”, pero especialmente el negocio.

En breve: los manglares (una especie de árbol que se alimenta del agua salada y disminuye el choque de huracanes contra las costas) fueron destruidos en varias hectáreas de lo que se podrá convertir en un importante desarrollo inmobiliario promovido por Fonatur, que actualmente dirige Héctor Gómez Barraza.

En lo jurídico, todo “está en orden”. Cumplen con los reglamentos y con las legislaciones vigentes, al momento de que se otorgaron. Actualmente, los ciudadanos y organizaciones civiles, frenaron con demandas de amparo, en la Corte, el desarrollo de los proyectos.

Sin embargo, el juzgado debe tener en cuenta que lo más importante no es el ingreso económico que pueda tener un grupo empresarial, sino el beneficio de la comunidad. Acabar con los mangles, simplemente es acabar con la vida del planeta.

La herencia a las próximas generaciones no es dinero, sino bienestar para vivir. En caso de no cumplir con el desarrollo, Fonatur tendrá que pagar a los propietarios unos 100 millones de dólares, cuando menos. Pero, valdría la pena, al final de cuentas.

EN SUMA.- La deuda en dólares y la falta de pago oportuno de sus clientes, especialmente gobiernos estatales y municipales, hundió a ICA, de Alonso Quintana. El principal descalabro se llama Línea 12 del Metro de la CDMX.

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