Por Víctor Sánchez Baños

En México mueren cada año 5 mil 65 personas por enfermedades relacionadas con la contaminación; pese a ello, 18 de 32 estados, 60%, no cuenta con programas de cambio climático, no obstante, la urgencia de establecer medidas que frenen este fenómeno y asumir compromisos internacionales en la materia.

La voz de alerta la han mandado legisladores como Lidia Valles, quien pidió en tribuna exigir a las legislaturas locales imponer en sus presupuestos una partida para la lucha contra los factores que impulsan el cambio climático.

Pero, no debe quedarse ahí. Por problemas presupuestales, la mayoría de los municipios no invierte en salud ambiental. Impuestos a contaminadores es la clave para vivir mejor. Ese dinero no se debe ir al gasto corriente, sino a establecer políticas de protección ambiental.

Además, aquel que contamine debe reparar el daño y, al mismo tiempo, proporcionar un “plus” fiscal a fin de desestimular acciones contaminantes de aire, agua y tierra.

En el San Lázaro existen antecedentes graves de la falta de programas en materia climática de entidades como Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas, Nayarit, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Michoacán, Colima, Estado de México, Morelos, Aguascalientes, Guerrero, Puebla, Oaxaca, Chiapas y Campeche.

Así que deben responsabilizarse de inmediato. No es posible jugar con la salud de los mexicanos por la tacañería de la clase política.

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