Por Víctor Sánchez Baños

En varios países del mundo hay una alerta, donde las autoridades aduanales revisan todo tipo de cargamentos de granos quellegan a esas naciones. Se trata de la distribución de arroz de plástico, que deja en el mundo utilidades superiores a los 50 mil millones de dólares al año. En México, aunque no hay denuncias formales, según las autoridades, se estima que han llegado buques cargados de ese grano hecho con plástico y ha sido consumido por los mexicanos.

Legisladores exigieron a la Cofepris realice la toma de muestras del supuesto arroz artificial que se distribuye desde la Central de Abastos y el mercado de La Merced para su análisis, a fin de determinar si realmente es de plástico y si es dañino para la salud. Pero, además de la Cofepris, deben exigir que inspectores de Sagarpa, que encabeza José Calzada, otorguen los certificados fitosanitarios de importación con estricto rigor. Inspector que se corrompa, debería ir a la cárcel y equiparar los delitos con intento de asesinato masivo.

La venta de productos artificiales y de los que se desconoce la forma en que han sido ingresados para su venta en México, mismos que por su bajo costo, desplazan el producto de empresas nacionales.

Hay pruebas de la existencia de esos productos. En Nigeria, en diciembre del año pasado, incautaron 2.5 toneladas de arroz falso, y en Colombia se lanzó incluso una alerta respecto al arroz plástico. Urgen resultados inmediatos.

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