• Se niegan a pagar compromisos de sus antecesores

Por Víctor Sánchez Baños

Buenos que salieron varios gobernantes para hacer de la ley un guiñapo. Como botín de guerra, las concesiones se convierten en un jugoso festín para los más corruptos, especialmente los alcaldes.

Todo tipo de concesiones, que son un gran negocio para los políticos, cambian de manos como de calcetines. Algunos empresarios ven riesgo en aceptar concesiones transexenales o “trans” periodo municipal.

Principalmente las más disputadas son las de agua potable, basura, alquiler de vehículos y otros servicios. Son negocios que les dejan algunos millones para los bolsillos y para los partidos políticos. Los más voraces son los perredistas.

En algunos municipios, crean cuerpos policíacos para dar servicios a empresas y particulares, aprovechando la escalada de actos delictivos en el país. Otros inventan servicios con “costo”.

En municipios, según análisis de economistas, se manejan en las más 2,500 alcaldías, unas 200 concesiones que están en manos de las municipalidades más grandes. Estas, generan alrededor de 18 mil millones de pesos y, en su mayoría, están repartidas a más de 20 años. De los “moches” ni hablar. Los beneficiarios de las concesiones, además, tienen que “regalar” a los políticos y sus partidos, desde propaganda o “cualquier otro financiamiento”.

Asimismo, no hay control y los cabildos son letra muerta en la mayoría de las alcaldías en todo el país.

EN SUMA.- El mando único, es un ahorro presupuestal del 15% en materia de seguridad en las entidades federativas. Análisis de Segob, que encabeza Miguel Osorio Chong, este sistema ahorra y mantiene un control policíaco.

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