Por Víctor Sánchez Baños
Un problema que no pueden resolver tanto el gobierno como las empresas automotrices, es el robo de autos, que en México se agrava mediante el asalto a mano armada.
Tras cuatro años de que el número de automóviles robados en el país se redujera, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, reportó que en el 2016 se registró de nuevo un aumento en el hurto de vehículos asegurados, ya que presentó crecimiento anual de 13.6 por ciento.
Según el Reporte de Robo y Recuperación de Automóviles Asegurados, elaborado por la institución, de enero a diciembre del año pasado se robaron 71,058 automóviles asegurados, lo que significa 8,525 coches más que en el 2015, cuando la cifra fue de 62,533 carros.
Aunque desde el 2013 el número de automóviles robados en México no rebasaba 70,000 unidades, la tendencia es alcista.
Algunas marcas de automóviles de lujo como Mercedes, Audi y BMW, a fin de proteger a sus propietarios, cuentan con sistemas de seguridad que desestimulan a los ladrones ya que la tecnología provoca que dichos vehículos no sean controlados más que por sus legítimos propietarios.
Son caros los sistemas, pero también en México pagamos impuestos especiales por cada automóvil, entonces ¿cuál es el motivo por el cual los servicios gubernamentales de seguridad no ofrecen seguridad a los automovilistas?
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