Por Víctor Sánchez Baños
Otro nicho de la economía mexicana descansa en los trabajadores migrantes que viven más allá de nuestras fronteras. Producto del trabajo de nuestros compatriotas que viven en Estados Unidos Especialmente, son las remesas, o sea el dinero que los migrantes internacionales envían a sus familiares y/o comunidades en su país de origen.
De acuerdo al Grupo de Economistas y Asociados, en México el 49% de las familias mexicanas tienen un pariente cercano viviendo en Estados Unidos, y más de 20% de éstas recibe remesas de sus familiares, lo que les da la oportunidad de sobrevivir y en algunos casos a vivir en sus comunidades.
Pero, estas son las cifras: tan solo en 2015, México obtuvo 25 mil 689 millones de dólares por este concepto, colocándolo como el principal receptor de estos recursos en América Latina con 37.6 por ciento del total.
Este dinero corre peligro de no recibirse en el país, ya que las medidas que puede adoptar el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, frenaría el flujo migratorio a esa nación y podría provocar que los mexicanos que viven más allá de nuestras fronteras, eviten enviar dinero a sus familiares, por temor a ser delatados. Estos brazos salieron del país ante la falta de oportunidades que no generó el gobierno. Y, hoy ni idea tienen de como suplir ese dinero.
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