• Organizaciones deportivas despilfarran miles de millones de pesos

Por Víctor Sánchez Baños

La óptica económica del fracaso deportivo en Rio de Janeiro 2016, deja un panorama realmente desolador y frustrante. Se invierten en el deporte en el país, más de 2,800 millones de pesos, pero los resultados son insignificantes.

No sólo se trata de ganar medallas en los Juegos Olímpicos o cualquier tipo de contienda deportiva regional o internacional. Se trata de una sociedad que, como habría deseado a finales del siglo XIX Pierre de Coubertin, creador de los modernos Juegos Olímpicos, con cuerpos sanos y mentes sanas.

Hay países que invierten mucho menos dinero, pero sus políticas administrativas están enfocadas a mejorar la salud de su sociedad, con el fin de alejar a sus miembros de los vicios que frenan el desarrollo de toda comunidad.

Los jóvenes deportistas simplemente se alejan de las drogas, el alcohol y cualquier tipo de adicciones. Socializan en deportivos, estadios y otros sitios en donde los objetivos son nobles. Todo aquello que atente contra la salud y la competitividad está cancelado en sus pláticas y metas cotidianas.

El dinero que destina la CONADE, que está al mando de Alfredo Castillo, no es menor. Es una gran cantidad que se comen los dirigentes de las organizaciones deportivas, por una parte y la burocracia deportiva, por la otra. Claro, ello sin contar con los negocios que deja la construcción de infraestructura deportiva.

Triste que burócratas ignorantes, de la mano de caciques del deporte, acaben con los sueños competitivos de toda una nación.

EN SUMA: Cinemex, al mando de Alejandro Ramírez, crece en Latinoamérica. Ahora pone los ojos y su dinero en Estados Unidos, para establecer las salas Patinum, que no existe allá.

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