Para ganar la guerra se necesitan tres cosas: dinero, dinero y más dinero.
– Napoleón Bonaparte, 1769-182; emperador francés.

Por Víctor Sánchez Baños

No hay la menor duda que los estrategas morenistas del presidente Andrés Manuel López Obrador, quisieron pasarse de vivos, en las negociaciones de los países productores y exportadores de petróleo, para estabilizar el precio.

El cártel petrolero no solo involucra a la OPEP, sino a países como México y otros más, que sufrieron severos daños en sus economías, a consecuencia de la disputa entre Arabia Saudita y Rusia, que inundaron el mercado, en momentos en que por el COVID-19 se cayó la demanda de crudo al frenar el paso de vehículos e industria. Uno de los más dañados, definitivamente, fue Estados Unidos, que es el mayor productor de crudo en el mundo.

No debe perder de vista que el gigante del Norte es nuestro socio comercial y es la nación que puede se nuestro mejor aliado o nuestra pesadilla comercial.

El jueves pasado, en una videconferencia, se reunieron los ministros de energía de los países productores, incluidos los de la OPEP. Muy modosita estaba la secretaria de energía, Rocío Nalhe. Su lenguaje corporal denotaba pánico, pero aguato hasta que soltó una bomba que impacto al planeta y la economía mundial. 

Esta organización había llegado a un acuerdo, digno de los cárteles, de imponer una disminución el 23% en la producción para rescatar los precios del petróleo. Todos estaban de acuerdo ya que, por simple sentido común y con una lógica comercial, era mejor vender menos y a un precio superior al doble de ahora. 

Sin embargo, Rocío dijo que México no aceptaba esa propuesta y que sólo podría disminuir el 5%, unos 75 mil barriles diarios. Con el 23% le tocaba a México frenar la producción de 287,500 barriles diarios, para mantenernos en 962,500. Esto implicaba que el presidente Andrés Manuel López Obrador, no cumpliera con su meta de incrementar la producción de petróleo para una refinería que construye en Dos Bocas, Tabasco. Una promesa de campaña que se vuelve más inútil, por cada día que pasa.

Durante el viernes la presión fue mayúscula para México. Todo estaba bien para una estrategia del agandalle, aunque nos sacaran del concierto internacional petrolero y se dieran algunas sanciones comerciales. López Obrador, habría rendido a la OPEP y lograr vender 1 millón 250 barriles diarios al precio que lograran las poderosas naciones petroleras.

Pero, llegó la llamada del “Jefe” Donald Trump. Y, de inmediato López Obrador respondió el llamado. El estadounidense le ofreció una puerta de salida, que también la convenia a su país: la Unión Americana disminuiría 250 mil barriles y México 100 mil, que ya había bajado a principios de enero. Así, AMLO no saldría lastimado, aunque las leyes internacionales sancionaran a los vecinos por prácticas monopólicas.

Hasta aquí, el asunto estaba resuelto y el gobierno de la 4T se saldría con la suya. Todo esto a pesar que la chairiza en las redes sociales hablan de auténticas sandeces sobre que México protegió su soberanía, lo que es hablar elefantes con helicópteros. Nunca se debe poner en juego la soberanía con los negocios. Además, no hay punto de negociación. 

Sin embargo, en la estrategia del agandalle de México, abusivos irracionales, nos lleva a la pregunta al presidente: ¿qué ofreció a cambio de los 250 mil barriles? ¿Está en juego la guerra al narcotráfico o algunos aspectos comerciales? ¿Cuánto costarán los ventiladores que nos dijeron habían acordado y cuando llegarán? ¿Empeñamos la soberanía con el acuerdo con EU?

En los negocios no queda empeñada la soberanía; sólo son negocios. Además, con los petroleros no hay bromas, abusos, ni siquiera las mentiras. Ellos cuentan con sistemas de inteligencia informativa, que conocen la realidad energética de todo el planeta, país por país, región por región.

Por ello, tratar de agandallar el mercado es una acción que, a los ojos de nuestros socios petroleros, nos vemos como vulgares abusivos, aunque se jure que es para defender nuestra “soberanía”.

PODEROSOS CABALLEROS: Nunca se había visto en México, pero la Suprema Corte de Justicia sesionará a partir del 20 de abril remotamente. Así no se frena el Poder Judicial que preside Arturo Saldívar. ¡Buen trabajo! *** Todo hace indicar que la caída en el PIB mexicano estaría entre 5 y 12 por ciento. Y, no es exagerado. Ligados a un Tratado de Libre Comercio que en su nueva versión no se ha puesto en marcha, estaría dependientes de los sectores manufactureros que día a día recupera nuestro principal competidor para el mercado de Norteamérica: China. Trabajar para lograr los 2.5 millones de empleos que promete López Obrador para el año próximo, más el millón y medio que podría perderse éste año, necesitamos crecer el 8% cuando menos. Pero como vemos perderemos hasta 3 millones de empleos este año, sin capacidad de crear nuevos negocios y, por lo consiguiente, nuevos empleos para el año próximo.

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